Como ONG Amaranta estuvimos en Nueva York participando como sociedad civil en la CSW67. ¿Pero qué significa eso? ¿Qué avances implica? ¿Qué quedó pendiente? ¿Y qué utilidad podría tener para las mujeres y niñas de Latinoamérica y el resto del mundo? Es lo que intentaremos sintetizar en esta nota.

Primero: CSW es la sigla de «Comisión del Estatus de las Mujeres» en inglés y 67 es el número de la versión realizada este año. Este evento reunió a representantes de los Estados miembros de las Naciones Unidas, como también a organizaciones de la sociedad civil de estos países (como fue el caso de nuestra ONG). Aunque, en general, quienes suelen tomar la palabra en la sala son representantes de los gobiernos (y son contadas las organizaciones civiles que pueden pedir unos minutos al micrófono).

Durante 11 días, esta comisión reunió en los cuarteles de la ONU en Nueva York a todas estas personas, provenientes de lugares tan diversos del mundo y la temática de este año fue: equidad de género y empoderamiento de mujeres y niñas la Era Digital. ¿Cómo avanzar en sus derechos en una época de híper conexión tecnológica y considerando que muchas veces puede facilitar la violencia? Y de esos días de diálogo, debates y discusiones, se generó un documento que sintetiza los acuerdos a nivel mundial (y que lees completo AQUÍ. Disponible solo en inglés de momento).

Puede sonar simple, pero básicamente hubo que poner de acuerdo a potencias tan conservadoras como Rusia, Cuba y el bloque africano, con países mucho más progresistas. En el caso de Chile, este es parte del llamado Grupo de Buenos Aires[1], el cual se caracteriza por ir más avanzado, especialmente al conversar sobre temáticas como los sistemas de cuidados; mientras acá ya tenemos conciencia de que cuidar a las personas es un trabajo que miles de mujeres y niñas realizan gratis (con los efectos económicos, físicos y psicológicos que implica) y que esto debe cambiarse, en otras naciones es lo «normal y correcto».

¿Y QUÉ SE ACORDÓ? ¿QUÉ AVANCES HUBO?

El documento se extiende por 26 páginas con 89 acuerdos, pero destacamos los siguientes puntos:

  • Se continúa reconociendo que alcanzar la equidad de género y empoderamiento de mujeres y niñas en la Era Digital es esencial para alcanzar un desarrollo sustentable y promover sociedades pacíficas, inclusivas y justas (como también mencionan la Declaración de Beijing y la Agenda 2030). En el punto 4.
  • Se reconoce que las tecnologías han transformado profundamente a las sociedades. Y que si bien, estas pueden promover varios derechos de mujeres y niñas, también pueden perpetuar estereotipos, normas sociales negativas, como también puede amplificar inequidades y barreras. En puntos 14 y 16.
  • Se reconoce que las adolescentes son parte de la generación más conectada digitalmente de la historia y que ahí enfrentan de forma desproporcionada discriminación y violencias. En punto 19.
  • La Comisión mostró preocupación por mujeres y niñas, especialmente de países en vías de desarrollo, que están vulnerables ante los efectos del Cambio Climático (mega incendios, inundaciones, desprendimientos de tierra, entre otras catástrofes derivadas) En punto 21.
  • Se expresó preocupación por todos los efectos que tuvo la pandemia de COVID-19 a nivel social y económico, profundizando desigualdades y vulnerabilidades. En punto 24.
  • La Comisión declaró una grave preocupación por los problemas de acceso a Internet en países en vías de desarrollo, incrementando desigualdades. Por lo que se hace urgente abordar las brechas digitales entre territorios, por edad, género y otros factores. De los puntos 31 a 33.
  • Se reconoce que las tecnologías digitales pueden utilizarse para la violencia, odio, discriminación y hostilidad hacia una serie de comunidades (migrantes, niñas, mujeres, personas de color) y que se utiliza para acallar sus voces. En puntos 39 y 41.
  • Se conversó sobre cómo las tecnologías han generado un aumento de la desinformación y el discurso de odio, lo cual impacta directamente en los derechos de mujeres y niñas, incluyendo la creación de deep-fakes con inteligencia artificial. En punto 40 y 45.
  • Se reconoce que la raíz de la violencia contra mujeres y niñas son las inequidades históricas y estructurales y las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres. En punto 49.
  • Se reconoce que existe un continuo entre la violencia que mujeres y niñas sufren en el mundo fuera de línea y el mundo en línea. Por ello se habla de que la tecnología puede asistir, agravar o amplificar la violencia de género. En punto 53.
  • Se habla del daño que produce la difusión no consentida de material de mujeres y niñas. Y se toma nota de que ya hay países abordándolo con leyes, lo que ha permitido un mejor proceso para las víctimas. En punto 55.
  • Se reconoce que las mujeres en la vida pública, como periodistas, juezas, periodistas, deportistas y activistas enfrentan mayores niveles de violencia, incluyendo contextos digitales. En punto 56.
  • Se muestra preocupación por el uso de plataformas sexuales para el tráfico y explotación sexual de mujeres y niñas. En punto 57.
  • Se reconoce que se excluye más a las niñas de la educación que a los niños. Además, se afirma la importancia del acceso a alfabetización digital para mujeres y niñas. En puntos 62 y 63.
  • Se habla de la importancia de la salud física y mental de mujeres y niñas, incluyendo salud menstrual e implementos de higiene para su gestión. En punto 65.
  • Se reconoce la importancia de la perspectiva de género en la economía digital. En el punto 74.
  • Se habla de la forma desproporcionada en que mujeres y niñas se hacen cargo de los trabajos de cuidado y domésticos, limitando su participación, educación, oportunidades y derechos. En punto 76.
  • Se menciona la importancia de empoderar a mujeres y niñas indígenas, para una participación real en la Era Digital. En punto 78. Y en los siguientes puntos también se habla de mujeres migrantes y de las viudas.
  • Se menciona una serie de medidas que deben tomar los gobiernos para priorizar la equidad digital, ir reduciendo la brecha de género, incrementar el acceso de mujeres y niñas a la ciencia y tecnología y para promover su participación completa, equitativa y real. También se habló sobre diseñar, desarrollar e implementar tecnología género-responsiva y fortalecer la justicia, transparencia y rendición de cuentas en la Era Digital. Como además de prevenir y eliminar todas las formas de violencia, incluyendo la violencia de género que ocurre, atraviesa o se amplifica por el uso de tecnologías. En punto 86.

¿Y DE QUÉ NOS SIRVE?

  • Instrumentos como este documento pueden ser utilizados para exigir a los Estados firmantes que cumplan sus acuerdos, ya sea a través de políticas públicas o leyes.

LOS PUNTOS AUSENTES EN ESTE ACUERDO:

  • Se habla de mujeres y niñas, pero no de las diversidades. La palabra LGBTIQA+ no aparece en ninguna parte ni se considera la identidad de género y la orientación sexual como factores importantes a considerar. No se habla de las mujeres lesbianas, bisexuales o trans.
  • Se les atribuye a las tecnologías la capacidad de resolverlo todo, incluyendo el Cambio Climático, sin hacer mucha reflexión sobre el impacto que estas mismas tienen en el medio ambiente.
  • Se habla mucho sobre conectar al mundo, pero cero sobre el derecho a la desconexión de trabajadores y trabajadoras, como también el derecho a no querer participar en estas plataformas tecnológicas; se debe garantizar que las personas accedan a sus derechos, aunque no quieran ser parte de este ecosistema.
  • Al hablar de políticas orientadas hacia las familias, parece referirse a un solo tipo de familia, la “tradicional”, lo cual no reconoce la diversidad en que las personas viven y se relacionan en sus hogares.
  • Prácticamente no se habla de las mujeres mayores, que también están sobreexpuestas a la violencia facilitada por tecnología al contar con menos acceso a alfabetización digital.
  • No se menciona que la base de muchas violencias que ocurren en entornos digitales y no digitales, es la falta de educación sexual integral y de educación con perspectiva de género.

PROBLEMAS DERIVADOS DEL MISMO EVENTO:

  • Realizar esta comisión en Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo, genera barreras económicas, culturales e idiomáticas. Por lo que muchas sujetas de las que se habla y por las cual se exigen medidas no están presentes en esas decisiones.
  • La conversación en la ONU se centra especialmente en los gobiernos y sus representantes; esto es especialmente complejo cuando se trata de gobiernos que están transgrediendo los derechos de sus habitantes (por ejemplo, Perú que ya suma decenas de muertes y cientos de personas heridas en medio de la represión a las protestas sociales).
  • Espacio poco participativo: son pocas las organizaciones de la sociedad civil que tienen tiempo para una palabra. En general, estas organizaciones participaron más en los llamados “eventos paralelos”, donde si bien se dieron muy buenos diálogos, no había nadie de los gobiernos escuchando.

Como Amaranta, nos comprometemos a dar una bajada educativa a instrumentos y eventos como el CSW67. Y también averiguaremos cómo obtener el estatus ECOSOC que permite que las organizaciones de la sociedad civil asistan a eventos de la ONU sin necesidad de una invitación de sus gobiernos.

Informe por Cecilia Ananías Soto, quien fue la encargada de asistir en representación de ONG Amaranta como asesora de Chile.


[1] El grupo de Buenos Aires está conformado por los siguientes países: Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.