La nota es una colaboración de Ma.jo

La discapacidad más allá de sus variantes física, intelectual, sensorial, del desarrollo, transitorias o permanentes deben considerarse como el resultado de la interacción persona-entorno, por eso, se hace necesario que todos y todas construyamos espacios accesibles y bien tratantes para acompañar a estas personas en el desarrollo de su máximo potencial.

El origen de una discapacidad intelectual, por su parte, puede encontrarse tanto durante el embarazo, el parto o como consecuencia de alguna enfermedad grave durante la infancia. Generalmente sus consecuencias son permanentes, siempre manifestadas antes de los 18 años[1].

cabeza-cerebro-pintada-tizaSegún cifras del II estudio de discapacidad realizado en nuestro país (2016) las personas en situación de discapacidad en Chile constituyen un total de 2.836.818 personas. De ese total, un 5,4% declaró presentar una dificultad intelectual o mental, lo que evidencia, el alto número de personas en esta situación viviendo en nuestro país.

Las consecuencias son dificultades adaptativas (a diferentes contextos), conceptuales (manejo de definiciones o abstracciones) prácticas (cotidianas) y sociales (habilidades interpersonales y lenguaje). Estas últimas, según Manjarrés (2016)[2],debiesen interesarnos particularmente, porque en este contexto “(…) Existe una comprensión limitada del riesgo en situaciones sociales; el juicio social es inmaduro para la edad y el individuo corre el riesgo de ser manipulado por otros”[3].

Tomando como fundamento las potenciales características propias de esta condición ¿qué podemos hacer para evitar un potencial riesgo y promover un uso seguro de tic’s y redes sociales que favorezca la autonomía de las personas en situación de discapacidad intelectual en etapa escolar?

  • Fortalecer el vínculo familia-escuela: La escuela es un espacio obligado y privilegiado para abordar las habilidades para el uso de las tic’s porque los y las estudiantes pasan una gran cantidad de horas diarias en ese lugar. En contexto de escuelas diferenciales o especiales se cursan más años de escolaridad que en establecimientos regulares por lo que un estudiante podía permanecer en estos hasta los veintiséis años cumplidos[4]. Además, es un punto de encuentro con pares quienes comparten características, vivencias, dudas y necesidades que podrían ser similares y que pueden ser resueltas a través de un aprendizaje guiado por su comunidad educativa. La labor de la familia es prolongar los aprendizajes adquiridos en la escuela, conocer el uso que dan los y las educando, utilizarlo como un canal para conocer mejor sus gustos e intereses, así como para retroalimentar el discurso de la escuela, en el hogar…es un esfuerzo compartido.
    Pantallas Amigas
  • Utilizar herramientas audiovisuales y de lectura fácil: Al aplicar estas herramientas, el desafío es equilibrar un mensaje concreto, que se refuerce mediante el aprender-haciendo y la repetición, pero sin infantilizar ni subvalorar a los/las receptores. Por ejemplo, no utilizar material audiovisual animado para jóvenes en nivel laboral. Si utilizar frases cortas como “Nadie debe obligarte a compartir imágenes tuyas si no lo deseas” o “Tienes derecho a utilizar el computador”.
  • Promover su autonomía e inclusión: Como ya mencionamos antes, tanto la familia como la escuela deben vincularse para fortalecer habilidades en el uso de las tic’ s y redes sociales, pero ello, no implica una vigilancia extrema que limite o atemorice, sino un aprendizaje concreto sobre los beneficios y perjuicios del uso la tecnología, para que puedan utilizarla de manera independiente y autónoma. En ese sentido, una necesaria estrategia para involucrarlos en el proceso es invitarles a generar material (audiovisual, lúdico, escrito) que puedan compartir con la comunidad educativa, evitando así ser meros consumidores de una propuesta, para ser re-creadores de la misma.

Utilizar la tecnología de manera autónoma les permitirá no solo acceder a información, fortalecer habilidades sociales sino que también, favorecer competencias laborales. Así, por ejemplo, en contexto de discapacidad intelectual leve, con estas habilidades podrían eventualmente generarse oportunidades para el trabajo con apoyo, quizá al alero de la Ley de Inclusión Laboral (por ejemplo, con el manejo de correo electrónico), con lo que se afianza un tránsito a la vida independiente y la verdadera inclusión que más allá de cambios de paradigmas, conceptos y espacios, debe ser una acción constante.

Referencias:

[1] Extraído desde Fundación Plena Inclusión http://www.plenainclusion.org/discapacidad-intelectual

[2] Manjarrés García Lorena, Discapacidad, adolescentes y redes sociales. Trabajo de grado en Ed. Primaria Men. Ed. Especial. Universidad de Valladolid. https://docplayer.es/33746084-Titulo-tfg-discapacidad-adolescentes-y-redes-sociales.html

[3]Extraído de la Asociación Americana de Psiquiatría (2013, p.19).

[4] Extraído de la Biblioteca del Congreso Nacional. Límites de edad en la educación especial https://www.camara.cl/pdf.aspx?prmID=52949&prmTIPO=DOCUMENTOCOMISION