El recién pasado martes 19 y hasta el 24 marzo, se vivió la novena versión del Festival de Cine de Mujeres (FEMCINE); evento que de forma gratuita exhibió 66 títulos (42 largometrajes y 24 cortometrajes) en 70 proyecciones en variadas salas de Santiago y sus alrededores. A su vez, funcionó de forma paralela la INDUSTRIA FEM, que otorga talleres para la finalización de películas y la formación de los y las profesionales en el área de lo audiovisual.

FEMCINE es un espacio artístico, político y cultural que ha entendido el cine como una herramienta de formación social, comprendiendo que un film “puede permitir a la audiencia entrar en espacios experimentales y emotivos que generan esa empatía con ese otro/a distinto/a que es tan necesaria en estos momentos”.

 

A raíz de ello, dado los contingentes cambios sociales y políticos que estamos viviendo, vemos y sentimos que el feminismo se instala para movilizar del letargo a una cultura patriarcal retrógrada, visibilizando muchas de las violencias e injusticias que hemos, como mujeres, tenido que normalizar por mucho tiempo.

Así FEMCINE difunde, comparte y celebra el cine hecho por y sobre las mujeres, dirigido, producido, interpretado, sentido y percibido por y sobre nosotras. De esta manera, propone mirar y comprender de mejor modo las diferentes formas en que las mujeres habitamos, sentimos y muchas veces sufrimos hasta hoy en día.

Este año tuve el honor de asistir a variadas exhibiciones de cortometrajes nacionales e internacionales; documentales y películas chilenas y de variados países. Muchos de estos filmes expusieron temas contingentes y necesarios de poner en debate como:

1.- Violencia y abuso contra las mujeres: POR MI Y POR TODAS de Manuela Burr Tapia– Chile;

2.- Violencia e identidad en contextos políticos: LOVE IS POTATOES de Aliona Van Der Horst– Rusia/Holanda;

3.- Discriminación por identidad de género: XY de Sofía Jeager-Chile; INTOLERANCIA.DOC de Susanna Lira-Brasil;

4.- Cuerpos diversos que sufren y sienten ya sea por el contexto social, político o económico: PLAZA PARIS de Lucia Murat– Brasil/Argentina/Portugal;

5.- Violencia a mujeres por el hecho de ser lesbianas: RAFIKI de Wanuri Kahiu– Kenya;

6.- Tabúes del cuerpo que se ocultan por la normativa de los estereotipos: FOXY de Trista Suke– Canadá;

7.- Visibilización de otras entidades de cuerpo: EN TRÁNSITO de Constanza Gallardo Vásquez– Chile; y así muchas otras temáticas y cintas cinematográficas distinguidas tanto en este festival como a nivel internacional.  

 

Deseo destacar el primer film documental al que pude asistir en esta versión FEMCINE, titulado THE REST I MAKE UP de la directora Michelle Memran– Estados Unidos-, donde se expone a la recientemente fallecida dramaturga y educadora excepcional, María Irene Fornes, quien, a lo largo de su carrera en la ciudad de Nueva York, construyó escenarios diversos donde enseñando desde el cuerpo y el sentir logra conectar con la propia imaginación de sus espectadores/ras y alumnos/as.  La artista, en sus últimos años, como se muestra en el documental, padece de “LOSS OF MEMORY”, condición que se va agravando a lo largo de la narración, pero que no limita para que comprendamos la entrega sensitiva llena de aprendizajes, bondades, experiencias múltiples y una destacada intelectualidad de la artista teatral. Así, junto a su compañera cineasta van explorando y recorriendo hechos del pasado de la artista teatral y del propio presente de la dramaturga que van viviendo y recordando en conjunto.

 

La violencia que aqueja a las mujeres se instala de modo constante en la cotidianidad, en todas las áreas sociales y privadas. Somos o hemos sido violentadas por otro u otros, normalizando así toda clase de violencia. Mujeres de todas las edades y contextos sociales se aquejan de este brutal modo de vivir por un supuesto bienestar que no hace más que victimizarnos y generarnos culpa de nuestros actos y sentires aceptando estas dinámicas violentas como parte de quienes somos. Consentir esas dinámicas de violencia, sostener las culpas y silenciar han sido respuesta frente al miedo que generan estas violencias que nos han mantenido quietas por años, pero no, ya no más. Por eso hoy debemos apoyarnos, escucharnos, vernos y comprendernos, pues ya sabemos que no estamos solas, que podemos con nuestra convicción, cambiar el mundo. De esta manera, se instala artística, política y culturalmente el FEMCINE, para mostrar otras y nuestras propias realidades con el fin de cortar las ataduras que el patriarcado nos ha mantenido por años.

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Asimismo, les dejo invitadas/os a la versión del 2020 FEMCINE10, que sin duda será increíble, necesaria y contingente para ti y para la sociedad.

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