«Los valores agustinos tienen precio», «Para Luis, las profes embarazadas son un cacho», «este colegio despide mujeres para contratar hombres». Estos son algunos de los letreros que se pueden leer en el frontis del conocido Colegio San Agustín de Concepción. Se trata de la jornada de manifestación pacífica del Centro de Estudiantes, con la cual buscan denunciar una serie de irregularidades que ocurren en el lugar.

San Agustín 1«Nos manifestamos debido al despido irregular de profesores y profesoras. Además de actitudes machistas, homofóbicas, transfóbicas y retrógradas que ha tenido la institución y que sentimos que van en contra de la misma filosofía del colegio: comunidad, libertad e interioridad. Aquí hay censura y vale más el dinero que la comunidad y la interioridad solo la ven como ir a misa», declaran desde este Centro.

Los y las jóvenes denuncian que, a pesar de la buena reputación del plantel, desde hace bastante tiempo que sufren una serie de irregularidades: «están despidiendo a profesoras y profesores que tenían una verdadera relación con las y las estudiantes. También, están contratando solo hombres, porque ‘las mujeres se embarazan’ y somos así de enfáticos, porque nos lo han dicho. Además, no se pagan los finiquitos cómo se debe y hay una vulneración a los derechos de los trabajadores», relatan.

San Agustín 2Su llamado es a hacer presión social y a convocar a la prensa. «No podemos quedarnos callados. Necesitamos apoyo, porque esto no es la primera vez que pasa. Estamos enfadados con la institución, los directivos no nos representan, sobre todo la rectora y el director académico. Nos encantaría que ellos dos renunciaran, aunque sabemos que es algo casi imposible. Pero por eso necesitamos la difusión masiva de lo que está pasando en este colegio», puntualizan.

Como ONG Amaranta, creemos que es paradojal que el mismo sector que promueve la maternidad como un deber obligatorio para todas las mujeres, que se declara «pro vida» y que está en contra del aborto, sea el mismo que discrimina a quienes deciden ser madres y las vea como «un cacho». Este problema se extiende a nivel país y mundial: un informe de la Organización Nacional del Trabajo, que analizó el panorama de 64 países, demostró que las mujeres con hijos o hijas tienen menos probabilidades de estar empleadas.

Esto es grave, porque significa menores oportunidades, mayor riesgo de pobreza y una brecha salarial que se mantiene sin importar cuántos años las mujeres estudien. Algo que no cambiará hasta que la crianza de hijas e hijos se haga en armónica corresponsabilidad, en vez de recaer solo en las mujeres. Y por esto es tan importante erradicar roles y estereotipos de género que refuerzan esta realidad desigual.

San Agustín 4